1629
Antiguo convento de los Capuchinos,

La basílica de San Miguel perteneció a un antiguo convento de los Capuchinos, construida en 1.629, fecha que figura en el escudo de su fachada principal. En su interior guarda el retablo de la Virgen del Pero. Posee una planta de cruz latina con una amplia nave de tres tramos, crucero y cabecera recta. Está cubierta por bóvedas de medio cañón con lunetas, salvo el tramo central del crucero, sobre el que voltea media franja elíptica con fajas radiales y florón de yeserías. 

A los pies se eleva un coro, sobre arco rebajado, provisto de una rica balaustrada barroca de hierro forjado, centrada por medio sol radial con las letras AVM. Sus exteriores muestran muros revocados de gran pureza y severidad y destaca la fachada principal cuyo aspecto obedece a una reforma moderna. Sobre su puerta adintelada de bajo arco almohadillado monta un pedestal de triglifos y un frontón triangular que remata la fachada. Entre las columnas se localiza un escudo manierista de la villa fechado en 1629.

Retablo de San Miguel

En el lado del Evangelio, podemos encontrar el retablo de San Miguel. Esta obra, de la segunda mitad del siglo XVIII y de estilo rococó, posee una talla del santo perteneciente, también a este siglo, que conserva su colateral simétrico.

Retablo Mayor

En el Presbiterio encontramos el retablo mayor, que cubre parte del muro frontal del templo. La policromía de esta obra barroca de mediados del siglo XVIII, que imita mármoles policromos, desdice de su aspecto original y debió llevarse a cabo a finales del siglo XVIII o en el XIX, al tiempo que la de los colaterales. Salvo la imagen de la Virgen Milagrosa que sirve de titular, las demás tallas son barrocas, de la época del retablo y de estilo popular. En las calles laterales se encuentran San Pedro y San Pablo, mientras el ático está presidido por un Calvario con la Doloroda y San Juan, entre las tallas de unos santos obispos, posiblemente San Saturnino y San Fermín.

Retablo de Santa Lucía

En el lado de la Epístola se encuentra el retablo de Santa Lucía que forma conjunto con su colateral de San Miguel, repitiendo su traza y decoración. La hornacina central alberga una imagen de candelero de la santa, que parece obra del siglo XVIII.

Retablo de la Virgen del Pedro

ustamente en frente de esta obra se encuentra el retablo de la Virgen del Pero que, a juzgar por su estilo, data de principios del siglo XVIII y puede relacionarse con los talleres de Tudela. En el retablo se aloja la talla de la Virgen, también del siglo XVIII. La obra fue donada en 1733 por Pedro Bustín. En esta iglesia podemos encontrar también un Crucificado, de tamaño mayor que el natural, que data del siglo XVII.