La Virgen de Ujué es la Madre de la Ribera, a la que peregrina también Peralta entre otros pueblos de la Ribera. Los hombres cargan cristos con adornos florales o con grandes cruces desnudas, muchos caminan con los tobillos encadenados, rezan el rosario mientras ascienden hasta Ujué para honrar a la blanca paloma.
El santuario de Santa María de Ujué constituye uno de los hitos mas destacados y significativos de la arquitectura navarra de la Edad Media, tanto por su obra románica como por su obra gótica. Presidiendo el templo desde su trono, en el ábside central, se encuentra la venerada imagen de Nuestra Señora de Ujué. Su categoría artística le hace situarse entre las más importantes tallas del románico navarro. Se trata de una figura de madera revestida de plata, excepto en la cabeza y manos: data de fines del siglo XII o comienzos del XIII.
La romería se celebra el domingo siguiente a la fiesta de San Marcos día 25.